Hablemos de las creencias y hablemos de cuanto y como afectan a nuestro día a día.

Si, ya lo se, se habla y se seguirá hablando de creencias en el mundo del desarrollo personal pero te recuerdo una cosa: “No es si ya sabes algo de un tema, es si lo aplicas. Y si lo estás aplicando tampoco basta, hay que ver si lo aplicas con éxito” .

No basta con saber que son las creencias sino también hay que conocer otros detalles importantes para tener la capacidad de poder desactivar aquellas que estén condicionando negativamente tu toma de decisiones. Y es que las creencias, quieras o no, están presentes en todas y cada una de las miles de decisiones que tomamos día a día.

¿Qué son las creencias?

Las creencias son aquellas afirmaciones que creemos que son ciertas. Dicho de otra manera más académica, son aquellos principios ideológicos que conforman el carácter de una persona. Es así de simple y así de poderoso a la vez.

¿Te has preguntado alguna vez porque están tan presentes en nuestro día a día estás afirmaciones?

Es muy sencillo. Porque algo que tu crees como cierto es muy difícil de poner en tela de juicio. A las personas, por regla general, nos gusta la certeza y queremos anticiparnos a los resultados. Queremos saber que aquello que vamos a hacer será bueno para nosotros o, cuanto menos, no será malo. A partir de esas convicciones de certeza tomamos miles de decisiones diarias.

Creemos que algo es bueno o malo, positivo a negativo, divertido o peligroso, sano o nocivo y así una larga lista de afirmaciones desde donde empiezan un sinfín de juicios sobre lo que nos rodea que a su vez nos hacen tomar otras tantas decisiones que como consecuencia son los resultados que obtenemos.

¿Ves ahora porque creer algo sobre cualquier cosa es lo que nos hará tomar decisiones respecto a ello?

¿De donde vienen las creencias?

Las creencias pueden venir básicamente de 2 fuentes.

1.- Porque nuestros ancestros o algunas personas a las que hemos dado autoridad desde muy temprana edad (papas, abuelos, maestros, entrenadores) nos han dicho que las cosas son de esta manera y se deben hacer de esta otra.

Y con la creencia de que esa persona, a la que yo doy autoridad y que goza de todo mi respeto tiene la verdad absoluta, nosotros vamos creciendo y forjando nuestro carácter a la vez que tomando todas nuestras decisiones.

Al creer que las cosas son de una determinada manera y que hay que tomar determinadas decisiones respecto a esa cosa, reafirmamos que aquello que nos habían dicho es totalmente cierto.

2.- Por otro lado, las creencias pueden venir de cualquier experiencia que haya configurado en mi el mapa mental sobre esa propia experiencia.

Por ponerte algún ejemplo: Si he tenido alguna vez una mala experiencia en un vuelo transoceánico, aunque fuera para disfrutar de las mejores vacaciones de mi vida, seguramente creeré que los vuelos largos son muy peligrosos y que no están hechos para mi, que yo no soy persona de tirarse tantas horas en un avión.

¿Ves el poder de la creencias? Algo que una persona o una experiencia nos hizo creer, se convierte automáticamente en la palanca para tomar todas las decisiones futuras en ese determinada área.

Pero ¿son verdaderas o falsas las creencias?

Las creencias no son ni verdaderas ni falsas, simplemente son eso, creencias. Y al igual que crees en ellas podrías perfectamente no creer.

Recuerda una cosas muy importante: “El mapa no es el territorio”. Esto quiere decir que no necesariamente algo que tu crees sea como realmente tu crees, sino que tu lo has interpretado de la manera que alguien, en su día y con todo el amor del mundo te enseño a interpretarlo. Pero no necesariamente estás en lo cierto.

¿Todavía te preguntas si realmente influyen tanto las creencias en nuestro día a día? No solo afectan en nuestro día a día sino que el mundo se rige por las creencias que los seres humanos tenemos sobre las áreas más importantes que rigen este planeta.

Fíjate antiguamente: “los negros son esclavos”, “las mujeres solo sirven para estar en casa haciendo las tareas”, “si te portas mal irás al infierno”. Cuanto nos ha costado eliminar esto que ahora vemos como auténticas tonterías. Y lo peor es que, en muchos casos, aún no hemos podido deshacernos de algunas creencias cargadas por el diablo.

Los pilares básicos donde se asienta nuestro mundo son, ni más ni menos, pilares llenos de creencias. Pongamos algunos ejemplos mas:

La política, la religión, la educación, el sistema económico, la globalización y otros muchos temas importantes, tal y como los conocemos, son en esencia sistemas de creencias. Todas las decisiones que se toman al respecto son tomadas bajo determinados sistemas de creencias.

¿Qué hacer con tus creencias?

Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de cuales son las creencias que rigen tus patrones y que te hacen tomar las decisiones que tomas diariamente. Tienes que conocer cuales son esas cosas que tu das como ciertas y que te empujan a tomar las decisiones que tomas.

Una vez hecho esto hay que empezar a cuestionarse la utilidad que tienen para ti determinadas creencias. Es decir, si en determinadas áreas de tu vida, no estas obteniendo los resultados que esperabas o simplemente no encuentras la felicidad deseada, es porque estás tomando decisiones en base a unas creencias que están limitando tu potencial.

Y no solo eso, sino que además y dicho en sentido metafórico, como la creencia seguramente no es tuya sino de algún ser querido, en muchas ocasiones podrás comprobar como la creencia que domina tus decisiones en esa área donde quieres mejorar ya ni siquiera está en vigor. Está más bien obsoleta.

Y no está en vigor porque si tiras del hilo verás como, con muy pequeños matices, tus bisabuelos traspasaron ese misma creencia a tus abuelos, estos a tus padres y tus padres a ti.

En la mayoría de las ocasiones, pensar como lo hacían tus bisabuelos, y creer como creían ellos ya está obsoleto en la actualidad, simplemente porque son contextos distintos.

Ahora que ya sabes de donde nacen las creencias ya va siendo hora de que revises aquellas que está, de una manera o de otra, condicionando tus decisiones.

No suele ser fácil despojarse de una creencias porque, básicamente, es despojarse de lo que crees que es cierto. Y a nadie le gusta despojarse de la certeza. A muy pocas personas les gusta la incertidumbre.

Paradójicamente, las personas de mayor éxito y relevancia a nivel mundial son aquellas personas capaces de manejarse bien en la incertidumbre. Simplemente porque son capaces de poner en tela de juicio sus creencias y nos ser esclavo de ellas. Esto les permite adaptarse mejor a las circunstancias sin patrones pre-establecidos.

Ahora ya sabes que frases como: “jamás seré rico”, “tengo muy mala suerte”, “prefiero ser pobre pero honrado”, “si haces esto mal, Dios te castigará” y muchas otras no son ni verdaderas ni falsas, simplemente son puras interpretaciones de una realidad que ni siquiera es tuya sino que viene de muy atrás.

No pretendo que me creas, pero si que al menos no te creas tanto a ti.

Se feliz!

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