Te has parado a pensar en alguna ocasión porque a muchas de las personas que tienen algún producto o servicio que ofrecer al mercado les da miedo vender y en cambio a otras les encanta hacerlo.

Hoy quiero hablarte de algo fundamental para que tu negocio pueda ser un negocio próspero y pueda convertirse en un negocio de largo recorrido: la venta.

La venta, una palabra que crea en la mente humana una «bi-polaridad» curiosa y una dualidad en ocasiones más que divertida.

En realidad la venta no es más que uno de los procesos por los que debe pasar el futuro de nuestra empresa o proyecto. Es una escalón más en el engranaje de idear, construir, desarrollar y vender. El problema surge en muchas ocasiones cuando le damos a la venta un papel más importante del que le corresponde o mejor dicho cuando le atribuimos a la venta el papel del «malo de la película».

Para mí hay una premisa básica que debes tener en cuenta a la hora de ofrecer tus productos o servicios y pedir un valor por ellos y es el siguiente: «vender es servir». Con esta máxima es imposible que tengas miedo a la venta.

Cuando integramos la afirmación de «vender es servir» estamos enviándole un mensaje claro a nuestro subconsciente y es el de que alguien allí a fuera estará encantado de recibir nuestro producto o servicio porque le va a solucionar algún tipo de problema. Bajo esta máxima es imposible pensar otra cosa sobre la venta que no sea positivo.

Si en ocasiones asociamos venta a algo malo o a algún tipo de engaño es porque en nuestro subconsciente hemos ido almacenando creencias y valores que hablaban precisamente no muy bien de la venta.

¿Te resultan familiares  alguna de estas afirmaciones? «Este le quiere vender la moto» o «a ver que me quiere vender este» o «aquí hay gato encerrado». Todas estas afirmaciones y muchas más han sido asociadas a la venta de tal manera que en muchas ocasiones han ido calando en nuestro subconsciente hasta ser convertido por nuestra parte en una verdad. Y de allí el temor o el rechazo a la venta.

La venta nada tiene que ver con el engaño. Repito «vender es servir». El engaño es eso, un engaño. Y engaños hay en todos los ámbitos de la vida y no solo en el ámbito de la venta.

Ten en cuenta que la venta es un intercambio de dos cosas. Por un lado tu ofreces a alguien que lo necesita tu producto o servicio y la otra persona, a cambio, te de otra cosa que es la que tú necesitas. Es más, ten en cuenta que como más valor recibas tu a cambio de tus servicios mejor profesional podrás ser a medida que vaya pasando el tiempo y puedas ir re-invirtiendo parte de tus beneficios en formación.

¿Te imaginas tu casa sin muebles, sin televisor, sin agua o sin cualquier cosa que tú has solicitado para obtener un mayor bienestar y has hecho un intercambio por ello? Alguien te facilito algo   que para ti era de valor y a  cambio tu ofreciste otra cosa llamada dinero. Ten en cuenta, dicho sea de paso, que el dinero, al igual que el resto de cosas de cualquier intercambio es solo energía y como tal la tienes que tratar.

Al dinero le hemos dado un papel capital en nuestra sociedad hasta tal punto que a muchas personas les cuesta vender porque creen (equivocadamente) que le están quitando algo de mucho valor, como es el dinero, a otra persona. El dinero no es ni más ni menos que una de las herramientas que utilizamos para los intercambios de valor. Es algo que entre todos hemos consensuado para poder percibir productos o servicios y pode pagar un valor por ellos.

El dinero, querido lector, tiene dos tipos de valor: uno es el que realmente el mercado dice que vale (real)  y otro es el que nosotros creemos que tiene (subjetivo). El subjetivo es el que tienes que revisar si tiene mucho peso es tu sistema de creencias y valores.

Si estás convencido que tu producto o servicio puede ayudar a alguna persona a solucionar un problema no dudes en poner en valor aquel producto o servicio ya que sin el intercambio de la venta seguramente no lo podrás seguir prestando y entonces la sociedad se perderá algo de mucho valor que tú tienes para ofrecer.

Vender es servir y nunca engañar. Como te dije con anterioridad, engañar es engañar y nada tiene que ver con la venta.

Revisa tu sistema de creencias y de valores si la venta no te gusta o te da miedo. Piensa, busca y encuentra que experiencias negativas has podido tener en algún momento de tu vida con la venta o con cualquier intercambio donde hubiera el dinero metido por en medio. Analiza que ocurrió y porque has configurado esa imagen del dinero o de la venta. Después ponte a pensar totalmente lo contrario. Piensa cuantas cosas  has podido solucionar gracias al intercambio (venta) y gracias al dinero y que sería de nosotros hoy en día sin la venta.

Estamos todo el tiempo vendiendo. Tanto si eres trabajador, como emprendedor, como empresario como si estás en el paro necesitas vender. Venderte a ti mismo, a tus productos o a tus servicios. Incluso en el ambiente menos «mercantilista» estamos vendiendo. Cuando haces un trato con tus hijos estás vendiendo, cuando llegas a un acuerdo con algún amigo estás vendiendo. Solo que aquí no está el dinero por en medio y creemos de esta manera que no estamos engañando a nadie.

¿De verdad algo tan básico como un papel pintado de colores (el dinero) va a hacer que tu producto o servicio no tenga futuro y no se pueden beneficiar de él  otras personas?

Para acabar te repetiré lo que te he repetido ya en varias ocasiones: «vender es servir» y cuanto más vendas a más personas servirás. El dinero es simplemente lo que hemos consensuado entre todos en la sociedad actual para realizar estos intercambios donde la máxima para no sentirse mal vendiendo es el «ganar-ganar» es decir, yo gano y mi cliente gana (win-win)

Ah y desdramatiza la venta. Tanto si recibes un «no» como un «sí» a la hora de vender tu producto es solo parte del juego.

 

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