Hay algo que, por lo que estoy observando, es crucial para dar los saltos cualitativos que necesitamos en nuestras vidas, ya sea en el plano laboral como en el personal.

Mi experiencia como formador y facilitador de conferencias me ha hecho ver que hay algo que diferencia a las personas que alcanzan sus deseos y su plenitud de las que no lo alcanzan. Es su “nivel de compromiso”.

Aquellas personas que se comprometen y comprometen sus acciones pueden estar tranquilas porque lo que andan buscando les está esperando con ansias a la vuelta de la esquina. En cambio, aquellas que ni se comprometen ni comprometen sus acciones están alejando sus objetivos y sus sueños a un plano donde, inconscientemente, jamás podrán alcanzar. Es precisamente la falta de compromiso lo que les hace   poner sus  sueños en un plano y  a ellos en otro.

Si algo de valor he podido experimentar en cuanto a mis resultados ha sido que cuando te comprometes y, sobretodo, cuando comprometes la acción los resultados llegan te guste o no te guste.

El compromiso te da foco y el comprometer una acción te da, precisamente esto, acción enfocada. Déjame que te explique las dos formas de compromiso para que a partir de ya puedas ponerlas en práctica.

Cuando tengas un deseo y hayas trazado una estrategia para alcanzar tus objetivos tienes que adquirir un compromiso con algo muy importante. Ese algo eres tú mismo. Eres lo más importante del caso. Comprométete contigo y hazlo de tal manera que no haya vuelta atrás. Puede ser de mil formas distintas como por ejemplo prometerle a un ser querido que vas a llegar hasta el final, publicando en tus redes el reto y los tiempos de ejecución  para que tu gente pueda servirte de impulso en los momentos de mareas  y dificultades o bien fijándote un “premio” que para ti sea importante e imprescindible y que si no llevas a cabo tu Misión no puedas disfrutar de él.

Créeme que con compromiso todo llega, solo es cuestión de tiempo. Y de esta manera te aseguras que tu mente no empiece a buscar pretextos y excusas que lo único que van a traerte son basura, falta de confianza y a la larga baja auto-estima.

Después compromete la acción. Por ejemplo yo en mi caso me ha sido de gran ayuda para ir de progreso en progreso comprometer mis acciones laborales a la garantía 100% de satisfacción y logro de objetivos. Te aseguro que no hay nada que te comprometa más a ser lo mejor y a alcanzar tus objetivos que condicionar tu pan y tus alimentos a llevar la acción a buen puerto. Eso me ha ayudado a ser lo mejor que pueda ser en cada momento. ¿Lo ves muy drástico? Para mi es mágico y no me va nada mal.

Para ello tienes que tener valor y la disposición de ofrecer lo mejor de ti en cada momento ya que sabes que de ello dependo algo  mucho mayor que el conseguir llegar a tus objetivos. De ello depende cobrar o no cobrar. Hacer esto me pone “realmente cachondo”. Aun después de todos estos años como facilitador de desarrollo personal y en empresas y como formador no hemos tenido ni una solo devolución. Algún día la habrá y eso será una grandísima enseñanza.

¿Cómo me preparo psicológicamente y emocionalmente para acabar una de las pruebas más duras que hay en el mundo de ultra-fon (el Ironman)?

Comprometiéndome al máximo y comprometiendo la acción enseguida.

Lo primero que hago es sellar mi compromiso con mi familia que haré lo que tenga que hacer para que ellos me vean cruzar la línea de meta y acto seguido pago la inscripción (no es barata) para sellar mi compromiso con la acción.

Cuando los momentos se vuelven duros siempre vienen a mi mente los compromisos adquiridos con personas y con la propia acción y estos como son sumamente importantes para mí, la acción siempre acaba bien.

¿Te atreves a probar? Hay que tener lo que hay que tener pero la recompensa es mucho mayor de lo que jamás te imaginaste. El mundo es de las personas comprometidas. Solo ellas dejaran un legado de valor.

 

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