En mi día a día veo con preocupación como muchas personas no alcanzan sus sueños y no disfrutan de la vida deseada porque ellos mismos se sabotean el proceso de conseguir sus objetivos. Y no tiene nada que ver con su capacidad o con sus dones y sus talentos sino con su mentalidad.

Hay algo común en las personas que no alcanzan a vivir aquella vida que siempre había soñado y es que siempre se dan una segunda oportunidad. Y no solo una segunda , sino una tercera una cuarta y todas las que hagan falta.

Ya sea por miedo, por pereza, por falta de motivación o por falta de compromiso hay demasiadas personas que no están dispuestas a pagar el precio que hay que pagar para alcanzar la plenitud y que se pasan todo el día sumidos en las excusas y los pretextos. Ya sabes que para mi, las excusas son la mejor herramienta de aquellas personas que han decidido ser mediocres y ser parte del problema y no de la solución.

Somos muchos, casi todos diría yo, que queremos disfrutar la vida al máximo pero somos muy pocos en proporción los que tenemos la claridad de ideas y la disposición para hacer lo que se tenga que hacer y ponerse a trabajar para vivir la vida de nuestros sueños. Si tuviera que darte un consejo porque eres de los que estás dispuesto a ponerte en marcha y poner en valor tus dones y tus talentos sería el siguiente:

No te des segundas oportunidades y quema las putas naves”.

 Esto que a priori parece tan sencillo resulta sumamente difícil para la mayoría de personas cuyos cerebros siempre buscan llevar a cabo la ley del mínimo esfuerzo y justificar sus resultados siempre con factores externos. Realmente a mi, este tipo de personas, ya no me dan ninguna lástima.

Son ellos y solo ellos que, en algunas ocasiones de manera consciente y en muchas de manera inconsciente, han decidido ponerse en el lado cómodo de la vida y no jugársela. No pasa absolutamente nada por ello siempre y cuando después no reclames al Universo la vida que dices merecer.

¿Quieres una vida mejor? ¿Crees que te la mereces? Pues deja de poner excusa de una puta vez y activa, honra y desata todo ese potencial con el que se te ha sido dotado como ser humano que eres. Claro, esto requiere de algo fundamental y es asumir el 100% de responsabilidad sobre el manejo y el control de tu vida. ¿Lo aceptas? ¿Aceptas el reto?

Ten en cuenta que nuestro cerebro está diseñado para ayudarnos a sobrevivir y primitivamente era la herramienta perfecta para liberarnos de cualquier peligro. Esto ya lo hemos hablado cientos de veces. Si el cerebro era una “herramienta” de supervivencia claro está que una de sus principales funciones es ahorrar energía.

Nuestro cerebro, todavía hoy en día, sigue funcionando con el modo “ahorro de energía” puesto. Solo aquellas personas que han entendido que ya no existen los mismos peligros y se atreven a explorar nuevas zonas de desarrollo logran alcanzar grandes resultados.

Tienes que aprender a contradecir y a desafiar a tu cerebro porque el está pensado y diseñado, no solo para no arriesgar ni salir de su zona de confort, sino para además encontrar y creerse cualquier excusa que justifique tu falta de acción.

Voy a decirte algo muy importante: aunque tu cerebro esté diseñado parea ahorrar energía, esto tampoco es una excusa. Ahora ya no existen esos antiguos peligros por los que antes nuestro cerebro se activaba. Ahora somos nosotros, los seres humanos, que hemos creado peligros sobre falsas ilusiones mentales. En muchos casos, insisto, para justificar nuestra falta de acción y por tanto nuestro malos resultados.

Si quieres alcanzar cosas extraordinarias y dejar un legado extraordinario tendrás que tener, por tanto, una motivación extraordinaria. No solo tendrás que superar las dificultades externas sino que también tendrás que retar a tu cerebro, entrenarlo y domesticarlo para tener la determinación de enfrentarse sin excusas a lo que seguramente calificará como peligros. No le hagas ni puto caso, en el 90% de los casos los peligros son totalmente infundados.

Si te sigues dando segundas y hasta terceras oportunidades le estás haciendo el juego a la parte más primitiva de tu ser. Estás, por pura comodidad, aceptando unas reglas de juego que hoy en día ya no tienen vigor más que para aquellas personas que han hecho de la queja y el lamento su mejor pretexto. No solo eso sino que además han convertido su percepción de la realidad en su única realidad.

¿Qué ocurre cuando quemas las naves y no hay segundas oportunidades? Muy sencillo: “O hay éxito o hay aprendizaje”. Si vas a por tus sueños con determinación como si no hubiera posible marcha atrás siempre estarás avanzando directo al punto donde te quieres ver en un espacio de tiempo. Puede que no lo consigas en primera instancia pero siempre estarás más cerca y dispondrás de muchas más herramientas que habrás aprendido por el camino.

¿A quién pretendes dar lástima? ¿Qué pretendes poniendo excusas? Sea lo que sea que pretendas tu situación no cambiará si no pasas a la acción como si la vida te fuera en ello.

Después no seas tan osado para decir que tus objetivos, aquellos que no lograste alcanzar, eran lo más importante para ti. Si eran lo más importante, es más, si son lo más importante, tarde o temprano lo vas a conseguir teniendo la mentalidad correcta. Este es mi «expertise», dotar a las personas de la mentalidad correcta.

Como dice Tony Robbins: “Quien abandona sus sueños por el camino es porque se ha equivocado de motivos”. Por lo tanto, tienes que saber que si abandonas, es que los motivos por los cuales pasaste a la acción no eran tan potentes como tus miedos, tus excusas o tu pereza.

Ahora tu decides. Tú y solo tú eres el responsable máximo de alcanzar tus sueños y la vida que te mereces. Si no lo haces, a mi por lo menos, no me vengas a contar milongas que no me las voy a creer.

Un abrazo y te deseo lo mejor de ti.

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