Eran las 8,15 de la mañana cuando me sentaba a tomar café antes de acompañar a mi hijo de vuelta a su primer día de cole.

Estaba ocupado el periódico regional donde normalmente suelo leer las pocas noticias de prensa que consumo. Abrí, cosa inusual en mí, otro periódico de tirada nacional y allí estaba el.

Seguramente no fue casualidad. Seguramente fue mi intuición la que me dijo que allí encontraría inspiración. Y allí estaba el, allí estaba Juan Carlos.

Voy a reconocerte que nunca hemos hablado frente a frente. Hemos tenido algunas interesantes conversaciones telefónicas, alguna de ellas muy esclarecedora y que me han servido para darme cuenta de la humildad y la personalidad de la personas por la cual hoy me siento a escribir. Bueno, no, en realidad me lo escribo a mi y a ti pero lo utilizo a él como pretexto y como modelo. Seguro que no tendrá inconveniente.

Se de su historia y de sus inicios por un muy buen amigo común y porque al haber asistido a alguna de sus formaciones se la he escuchado contar a el mismo.

Es la historia de éxito de alguien con convicción, con determinación, con valores pero sobretodo es la historia del éxito de la perseverancia, de la humildad y la autenticidad.

Desde que persiguió las primeras cintas en radiocasete para formarse como coach hasta el día de hoy, Juan Carlos ha tenido claro algo que siempre dice uno de sus principales maestros: “tienes aquello que toleras”.

Tony Robbins siempre nos recuerda esto y Juan Carlos nos lo demuestra a diario a quienes un día queremos parecernos a ellos.

La suya, como la gran mayoría de historias de éxito, no ha sido una historia de fortuna o de éxito repentino. La suya, que me corrija el mismo si me equivoco, ha sido una carrera de fondo empujada y motivada por la pasión y el sentido de contribución.

Su historia, al igual que muchas historias de éxito, son historias con un denominador común: “amor por lo que se hace”.

Esa pasión, esa claridad en su visión, esos valores férreos y esa determinación para llevar el estilo de vida deseado y ayudar a las demás personas que puedan llevar también el suyo, es la historia de este genio en neuro-ventas forjado a si mismo.

Seguramente son decenas, tal vez cientos de miles de euros invertidos en su formación, decenas o tal vez cientos de horas de dedicación y miles de kilómetros recorridos para convertirse en quien es ahora.

Pero esto, por si solo, no es suficiente. Uno debe de tener el coraje de aplicar lo aprendido y modificarlo las veces que haga falta hasta alcanzar el éxito que desea alcanzar.

Sí, detrás del éxito hay mucho trabajo y mucha pasión. Pero creo que Juan Carlos nos va a permitir una licencia a todos: “Juan Carlos somos todos”. Si el lo ha conseguido tu y yo también podemos hacerlo.

Este es el gran legado que, personas como él, dejan al resto del mortales. Y seguramente si lo sabemos aprovechar él será la personas más feliz del mundo.

Ahora quiero dirigirme a ti, querido lector:

Busca tu pasión, fija una clara visión de cual va a ser tu camino y pon toda la carne en el asador. Se humilde, perseverante, atento y valiente y tarde o temprano el éxito tocará a tu puerta.

Antes, asegúrate de sacar el ego de esta ecuación tal y como me recordó el mismo Juan Carlos en una ocasión cuando me dijo: “Gaspar tu no necesitas saber más, simplemente necesitas el tiempo necesario para que los resultados lleguen”.

Recuerda que el ego es siempre quien tiene prisa, aunque el me lo dijera de forma más sutil.

La grandeza de todo ello es que tenemos un modelo. Lo tenemos con Juan Carlos y lo tenemos con miles de casos de éxito cuyos protagonistas no confiaron en el azar, ni se lamentaron de su entorno ni de sus circunstancias. Simplemente “no toleraron más la vida que tenían”.

“Quema las putas naves”, como también diría el gran Robbins. Quémalas con inteligencia y pon todo tu valor al servicio de tu pasión. Honra por el camino a quienes te enseñaron este camino.

Recuerda esto: “un mentor no caminará por ti. Un buen mentor te abrirá paso para que tu camino sea más placentero y tu éxito duradero”.

Gracias a todos los Juan Carlos que con su historia forjan la nuestra y gracias a ti, querido lector, por seguir con determinación tu Misión.

Leave a Reply