Los que me conocéis o seguís sabéis que soy muy dado a desmitificar palabras que asociamos a grandes hechos o a cosas extraordinarias. La palabra Liderazgo y el hecho de ejercerlo es una de mis palabras favoritas para desmitificar.

En ocasiones confundimos lo mediático con lo extraordinario y es allí donde tendemos a mitificar las cosas o a pensar que según qué tipo de acciones pueden corresponder a personas con unos poderes fuera de toda lógica. Esto es falso, de toda falsedad.

¿A caso Madre Teresa de Calcuta, Ghandi o Nelson Mandela eran seres extraordinarios? Simplemente eran personas normales y corrientes haciendo cosas fuera de toda normalidad y corriente.

Entonces la pregunta o la reflexión aquí cambia. Ya no hay que preguntarse qué tipo de personas son para hacer lo que nacen, sino que hacen para ser el tipo de personas que son.

Déjame que te diga que tienen en común todas ellas. Y no esperes que te cuente lo que cuentan muchos artículos o libros sobre liderazgo. Si esperas escuchar cosas como: “son buenos comunicadores”, “tienen poder de convicción”, “son los mejores y los más capacitados”, “arrastran a los demás”………te has equivocado de artículo.

Algunos de los “grandes” líderes han sido mediáticos, pero aunque no lo hubiesen sido seguirían siendo unos líderes enormes. Además hay miles, millones de personas ejerciendo un liderazgo extraordinario a diario y no son mediáticos. Creo que tú también eres uno de ellos y si no lo eres aún lee lo que tienen en común esas grandes almas.

Tienen clara su MISIÓN: Todos ellos tenían o tienen un potentísimo “¿para qué?”. Y fue esto y solo esto que les ayudo a superar las enormes y gigantescas adversidades que se encontraron en el camino. Todos, sin excepción, sabían a que habían venido a esta Tierra. Todos, sin excepción, sabían cuál era su causa, su cruzada, el motivo por el cual serían recordados.

Tienen clara su VISIÓN: Todos ellos saben o sabían lo que tenían que hacer para llegar donde querían llegar. Y así lo hacían. Pasara lo que pasara o pesara a quien pesara. Nada ni nadie los detenía en su camino ni los alejaba de su faro. Tenían el foco puesto en la Misión que tenían encomendada y no había excusa válida de mayor pero que su ¿para qué? Ellos “veían” con claridad cuál era su camino porque a lo lejos tenían un potente foco llamado Misión que les indicaba el sendero. Podían tener dificultades, pasar penurias, ser humillados, pero jamás su faro dejaba de brillar y su foco dejaba de apuntarlo.

Son grandes vendedores: Si, como lo oyes. Vender es servir y ellos vendían su Misión a los demás para que estos les siguieran y se convirtieran en sus apóstoles. Uno no arrastra a los demás, sino que les vende y les convence de que lo que compran es bueno para ellos y para la humanidad. Un líder es un gran vendedor de su Misión y de su Visión, de lo contrario, estaría y se sentiría demasiado solo. Sería imposible abarcar grandes causas de una manera individual. Los líderes son grandes y expertos vendedores. Los líderes venden de una manera ecológica para su propio bien y el de los demás. Son vendedores ecológicos, pero son grandes vendedores. Cada uno a su manera, pero todos venden.

Son Honestos, consigo mismo y con los demás: Un líder es honesto, sobre todo con el mismo. Un buen líder se mueve con un claro “desde donde” y por este motivo no hay ningún impedimento que le haga desistir de su camino. La honestidad da autenticidad, se contagia y vende por sí sola. La honestidad, sobre todo con uno mismo es el valor más valioso que llevarás en tu mochila de líder. Con honestidad puedes ir a cualquier parte del mundo en busca de apóstoles para que te ayuden en tu Misión.

Te invito a que pienses en cualquier líder mundial, que haya dejado o esté dejando algo de valor a la humanidad, y fíltralo por estas 4 características. Después dime cosas. O mejor dicho, dite cosas a ti mismo para saber si eres un líder o aún te falta algo tan sencillo pero tan poderoso a la vez como una de estas 4 características.

 

 

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